Esta miserable práctica: La especulación, si
bien, ejercida por cualquiera, en cualquier orden económico de nuestra sociedad,
golpea brutalmente al consumidor; es al pueblo llano a quien más nos afecta. La
padecemos a diario, a través del dueño de la carnicería o el de la panadería,
que a pesar de haber levantado su negocio gracias, en grandísima medida, a la
comunidad, no le tiembla el pulso a la hora de abrirle "troneras" al
presupuesto familiar, fijando y cambiando los precios de los productos a su
conveniencia y cada vez que le da la gana. Y qué podemos decir del buhonero -
que se supone miembro de nuestra propia clase social y por tanto solidario con
su gente -, que sin pagar impuestos de
ningún tipo manipula los pesos, convirtiendo los kilogramos en libras o
vendiendo la mercancía tan, pero tan cara que pareciera que la venta se realiza
en dólares, claro, no son todos.
La especulación, a nuestro entender, es
uno de los principales enemigos a vencer en esta diaria lucha por una Patria
mejor. Esta manera velado de robar al pueblo ha tomado tanto cuerpo, que ya
rebasa, largo y tendido, cualquier acción fiscalizadora del Gobierno.
Por un lado el Indepabis visita los negocios infractores para aplicarles
sanciones y apenas dan la media vuelta, los comerciantes renuevan sus cruzadas
especulativas.
¿Será que el asunto se le fue de las manos
al Gobierno? No. La cuestión está en que esa otra parte del Gobierno,
llamada Poder Popular, no termina de entender y de asumir su rol gobernante. A
la especulación no solo se le combate con las métodos convencionales
que ya todos conocemos, a esta hay que atacarla a diario, y no montando guardia
dentro del comercio o en un puesto de buhonero, aunque es un escenario, no el
más idóneo, hay que atacarla desde la escuela, desde la tertulia cotidiana,
desde la charla, el periódico comunitario o desde la Aldea universitaria, hay
que organizar los Consejos de Consumidores, pero no para "chapear"
al portugués o al buhonero; estos Consejos, como genuina expresión
del Poder Popular, han de censar, monitorear y normar la práctica económica del
sector , en estrecha articulación con esa otra parte del Gobierno, la
Institución, pero ambas de tú a tú. O sea como manda la revolución.
Es el Poder Popular, quien está llamado a
enfrentar y a vencer la especulación, práctica propia del capitalismo, que todo
lo que toca lo corrompe, somos nosotros los que tenemos la solución, no lo veamos
solo como una cuestión material, la especulación nos corrompe también
el espíritu.
Vayamos pues, como Poder Popular que no es otra cosa que el consejo
comunal, el colectivo, el equipo de basquet, ella, el, Usted y nosotros, TODOS,
a combatir la especulación de manera organizada y decidida,
es allí donde realmente se nos va buena parte del sudor del día a
día.
Henry Rojas.
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